Jacques Imberechts, MD, in memoriam

En nombre de todos los miembros de la Federación Española de Médicos Homeópatas (FEMH), a través de este sucinto y sencillo escrito, queremos rendir un pequeño homenaje a uno de los grandes pedestales -quizás el mayor- de la Homeopatía médica en España, y no sólo en España, sino en muchos otros países de casi todos los continentes.

Su llegada a España fue providencial, para avivar la chispa de la Homeopatía –mantenida casi en clandestinidad y en exclusiva por el Dr. Enric Peiró i Rando, de la Academia Mèdico Homeopàtica de Barcelona– en el corazón de unos inquietos estudiantes de Medicina, que buscaban más allá de las asignaturas impartidas en una de las dos facultades de Medicina de Barcelona que existían en aquella época.

De eso ya hace la friolera de más de 40 años. Así se fundó entonces el primer grupo español de Homoeopathia Europea (H.E.), el grupo Sepia, siguiendo la estela de algunos grupos que ya existían en Europa con nombres de remedios homeopáticos, y siendo liderado por el propio Jacques, que tenía su grupo en Bruselas, donde siempre residió.

Si algo lo caracterizaba de forma muy particular era su don de gentes y su facilidad por aprender idiomas diversos; gracias a lo cual colaboró activamente en cosechar el germen de la Homeopatía allá donde fuere, por muy yermo que fuera el terreno. Viajero incansable, era consciente de la utilidad imprescindible de conocer distintos pueblos, culturas diferentes, perspectivas diversas, para tener menos prejuicios y poder observar al paciente de manera más objetiva.

Su caballo de batalla fue, desde el principio, la investigación. Fundó Homoeopathia Europea, que más tarde se amplió a Homoeopathia Europea & Americana, con el objetivo único y primordial de investigar. Repitió hasta la saciedad que H.E. no era una escuela, sino grupos de investigación: grupos de médicos homeópatas que se reunían para homogeneizar su práctica homeopática, partiendo de unos criterios comunes de aplicación de la doctrina (o teoría) homeopática, con el fin de que los resultados prácticos fueran contrastables, y se pudieran sacar conclusiones válidas para el avance de la ciencia homeopática.

Fundó en 1990, durante el Congreso Internacional de la Liga Medicorum Homoeopathica Internationalis (LMHI) en Barcelona, en consenso con todos los vicepresidentes de la LMHI presentes, el Comité Europeo de Homeopatía (ECH – European Committee for Homoeopathy, por sus siglas en inglés), del que fue su presidente durante varios años, participando muy activamente, desde el principio, en fomentar sobre todo las comisiones de Research (Investigación) y de Provings (Experimentaciones puras), que para él eran la columna vertebral del gran edificio de la Homeopatía,  único camino para asegurar su progreso.

Le gustaba la metáfora de la vaca: investigar era para él la forma de nutrir a la “vaca” (a la Homeopatía), para que creciera y diera sus frutos, y no sólo ordeñarla, evitando así que enflaqueciera y muriera de inanición por sobreexplotación.

Por ello se mantuvo siempre independiente en sus criterios: era un librepensador, antiescolástico por naturaleza. No siguió escuela alguna, pero las aceptaba todas. Eso, a ojos de algunos podía parecer contradictorio o incoherente, cuando era precisamente todo lo contrario: extremadamente riguroso y coherente. Aceptaba todos los puntos de vista, siempre y cuando se le ofrecieran argumentos objetivos válidos. Insistía en la importancia crucial de los hechos, frente a la teoría, frente a las especulaciones. Resumiendo: era un hahnemanniano  estricto, pero no dogmático. Era de mente muy abierta.

Se interesó hasta el final de sus días en conocer diversos modos de aplicar la medicina homeopática. Le interesaban ante todo los resultados, pero no se contentaba con ello: quería saber también el proceso que había llevado a esos buenos resultados, para poderlos reproducir dadas circunstancias similares. Es decir, era un científico nato.

Fue gracias a su personalidad por lo que se codeó con toda la élite de la Homeopatía del siglo XX. Allí donde destacaba alguien, ahí estaba él para aprender algo nuevo. No se cansó de viajar y de aprender. Se consideró siempre un aprendiz de la Homeopatía, enmarcado en la tríada aprendiz-artesano-artista, en la búsqueda de otros aprendices, artesanos y artistas de quienes aprender. Nunca se autoproclamó artista, cuando los que lo conocimos sabíamos que lo era. Eso en él era la forma peculiar de manifestarse la humildad, humildad con dignidadvalentía y arrojo.

Una combinación explosiva cuando echaba mano de su hobby preferido (el gin tonic). Entonces podías descubrir quién había realmente detrás de su fachada aparentemente grandilocuente: era todo un caballero, de los que quedan pocos. Pero su fachada –su fuerte personalidad- generaba odios feroces o amores incondicionales, sin medias tintas. Y no tenía reparo alguno en exponer su criterio allí donde hiciera falta, sin reparar en la audiencia, fuera en petit comité –con su muy personal modo de liderar los grupos de trabajo, fuera en sus intervenciones públicas, vociferando desde el fondo de la sala. Ser un líder nato conlleva esas consecuencias.

Podríamos seguir nombrando otras características de su gran personalidad, pero no es el momento ni el lugar adecuados. Podríamos hablar de su sentido agudo del humor (“negro”), de su elegancia, de su impecable comportamiento, en especial con las mujeres, y así… no acabaríamos nunca.

Para terminar, queremos, desde la FEMH, desearle un caluroso viaje al más allá, sea donde sea. Y asegurarle que brindaremos en su honor por haber dejado un legado inapreciable, y una huella indeleble en nuestros corazones.

Nos quedamos con el compromiso de seguir alimentando a la vaca, para evitar que fenezca.

Allí donde estés Jacques, te mandamos un fuerte abrazo, agradeciéndote de corazón todo lo que has hecho por la Homeopatía, dentro y fuera de España.

Descansa en paz, Jacques, con la tranquilidad de que todos tus esfuerzos en pro de la Homeopatía no han caído en saco roto, que somos muchos los que te tomamos el relevo en la gran misión en este mundo de engordar a la vaca, o, al menos, de ordeñarla en la misma medida que la vayamos alimentando.

Revisión traducción Órganon del arte de curar de S. Hahnemann, §9.

Alemán original:

Im gesunden Zustande des Menschen waltet die geistartige, als Dynamis den materiellen Körper (Organism) belebende Lebenskraft (Autocratie) unumschränkt…”

Geistartige = como espiritual

Geist = espíritu, mente

Geistesart = mentalidad, carácter, genio

Artig = formal, bueno, cortés, atento

[…artig im adj & adv …-like; apfelartig Geschmack: apple-flavo(u)r; chamäleonartig Anpassung: like a chameleon; schachbrettartig gemustert like a chess board; turbanartig Frisur: like a turban] (Wörterbuch Englisch-Deutsch © WordReference.com 2012)

 

En el contexto del parágrafo, se entiende geistartige como opuesto a materiellen. El cuerpo material (organismo) y la fuerza vital inmaterial que lo anima. Pero Hahnemann no utiliza immateriell (inmaterial) o unkörperlich (incorpórea), sino el término más equívoco geistartige (como o de aspecto/apariencia/naturaleza/carácter mental o espiritual), aunque quizás en su época no fuera un término tan polémico como ahora y estuviera más en consonancia con el uso popular. Pero, en ningún caso, el término geistartige puede confundirse como un adjetivo de la Lebenskraft, pues se trata de una fórmula comparativa para describir algo por aproximación. Para adjetivar a la fuerza vital como espiritual, en alemán se escribiría “spirituell Lebenskraft” o “geistig Lebenskraft”, pero no “geistartige Lebenskraft”, que es la expresión utilizada por Hahnemann.

 

Traducciones inglesas:

In the healthy condition of man, the spiritual vital force (autocracy), the dynamis that animates the material body (organism), rules with unbounded sway,…” (Dudgeon/Boericke)

In the state of health the spirit-like vital force (dynamis) animating the material human organism reigns in supreme sovereignity.” (J. Künzli)

In the healthy human state, the spirit-like life force (autocracy) that enlivens the material organism as dynamis, governs without restriction…” (Steven Decker/Wenda Brewster)

 

Traducción francesa:

« Dans l´état de santé, la force vitale (1) qui anime dynamiquement la partie matérielle du corps exerce un pouvoir illimité. » (A. J. L. Jourdan/Pierre Schmidt)

  • Texte original : “force vitale immatérielle“. (Note de l´éditeur)

 

Traducción italiana :

« Nello stato di salute, la Forza Vitale (Autocratica) che anima come dynamis il corpo materiale (organismo) governa con potere illimitato… » (Giuseppe Fagone)

 

Traducciones españolas:

En el hombre en estado de salud la fuerza vital espiritual, la energía (“dynamis”) que anima al cuerpo material (organismo), gobierna con poder irresctricto (autocracia)…” (Jorge C. Torrent)

En el estado de salud, la fuerza vital (autocrática) que dinámicamente anima el cuerpo material (organismo), gobierna con poder ilimitado…” (F. D. François Flores)

“En el hombre en estado de salud la fuerza vital como un espíritu de vida (autocrática), que dinámicamente anima al cuerpo material (organismo), gobierna con poder irrestricto,…” (José Matuk Kanan)

En el hombre sano la fuerza vital de naturaleza espiritual, la dynamis que anima al cuerpo material (organismo), gobierna con poder irrestricto (autocracia)…” (Emilio Morales)

Propuesta nuestra: “…la fuerza vital de apariencia inmaterial, a guisa de dynamis (autocrática) del cuerpo material (organismo)…”

 

La primera traducción del original (de la 5ª edición alemana), la francesa de A. J. L. Jourdan, que data del 1873, consideramos que es de las más fidedignas en este parágrafo, traduciendo en una nota a pie de parágrafo, “geistartige” por “immatérielle”.

Pero la traducción más distribuida y que ha tenido más repercusión internacional fue la inglesa de Dudgeon, que data del 1893, en la que introduce por primera vez el término equívoco de “spiritual” como traducción del “geistartige” alemán.

Todas las traducciones españolas del s. XIX (M. Valero, J. Sanllehy, López-Pinciano, J. Sebastián Coll), anteriores todas ellas a la francesa de Jourdan, obvian la traducción de ese término, lo que hace pensar que efectivamente era un término confuso y/o conflictivo para la época, al menos en la comunidad homeopática hispanoparlante. La traducción mexicana de Higinio G. Pérez de principios del s. XX sigue la misma línea de prescindir del término en cuestión.

La traducción mexicana de Torrent, siendo en realidad una traducción a partir de la inglesa de Dudgeon/Boericke, reproduce la misma confusión. En las traducciones españolas posteriores, hasta las más actuales, dicho término no ha tenido mayor fortuna, consolidándose en la misma idea de “espiritual”, excepción hecha de la traducción de François Flores, quien recupera la tradición de no traducir el susodicho controvertido vocablo, sin tampoco una nota aclaratoria, como al menos había hecho Jourdan. La traducción italiana obvia también la controversia eliminando igualmente la palabra conflictiva, y las más modernas de Künzli  y Decker/Brewster recuperan también una traducción previa del s. XIX, a cargo de Wesselhoeft, tomando partido con una traducción algo más fiel al original (spirit-like) pero sin alejar totalmente la confusión.

 

Traducción de nuestra propuesta:

“En el estado de salud del hombre la fuerza vital de apariencia inmaterial, a guisa de dynamis (autocrática) del cuerpo material (organismo)…”

La ley de Hering reconsiderada

Evoluciones pronósticas según Hahnemann[i]

  • Reaparición síntomas antiguos

“…si durante la acción de este medicamento ocurre un accidente presente en el enfermo de manera semejante, si bien no en las últimas dos semanas, al menos hace varias semanas esporádicamente, e incluso hace algunos meses, entonces, este accidente es simplemente una excitación homeopática, producida por el remedio, de un síntoma no del todo extraño en la enfermedad, que antaño se ha mostrado molesto más frecuentemente y también un signo de que el remedio ha penetrado profundamente en la esencia de esta enfermedad, que, en consecuencia, será tanto más eficaz a continuación –es necesario, entonces, que se lo deje un tiempo sin estorbo, hasta que haya desaparecido el efecto, sin la menor administración, en el ínterín, de otro medicamento.” [texto en negrita nuestro]

  • Desaparición de síntomas:
  • los más recientes son los primeros en desaparecer;
  • los más antiguos (afecciones locales) no desaparecen hasta el final

“…los síntomas aparecidos últimamente, es decir, los más recientes, son también los primeros en desaparecer, mientras que los síntomas más antiguos y los más tenaces, incluyendo sobre todo las afecciones locales persistentes, no desaparecen hasta el final, después de la desaparición de las demás manifestaciones mórbidas y de que todo lo demás anuncie el retorno a la salud.” [texto en negrita nuestro]

 

“Ley de dirección de la curación” de Hering[ii]: Mejoría centrífuga (del centro a la periferia [piel])

  • de dentro hacia fuera (en las enfermedades):

“Todo médico homeópata ha de haber observado que la mejoría… ocurre… en las enfermedades, de dentro hacia fuera.” [texto en negrita nuestro]

  • de los órganos más vitales a los menos:

“La curación meticulosa de una enfermedad crónica ampliamente ramificada en el organismo viene señalada por el alivio inicial de los órganos más importantes; la afección desaparece en el orden en que los órganos han sido afectados, los más importantes se alivian primero, los menos importantes después, y al final la piel.” [texto en negrita nuestro]

Aquí Hering claramente establece que “la curación empieza por el alivio de los órganos más importantes” y que “la afección desaparece  en el orden en que los órganos han sido afectados”, sin embargo, a partir de Kent, que interpreta “en el orden inverso al de su aparición”, todos los autores han insistido en ese orden inverso, incluso los autores más modernos que han revisado el tema críticamente[iii]

  • aparición de una erupción cutánea al final del tratamiento:

Ésta es la razón por la que las enfermedades crónicas, si se curan completamente, siempre terminan en alguna erupción cutánea…Esta erupción cutánea puede percibirse incluso cuando la curación es imposible, e incluso cuando los remedios elegidos han sido inadecuados. La piel, siendo la parte exterior más superficial del cuerpo, recibe sobre ella la terminación final de la enfermedad.… esta  erupción siempre es un síntoma  favorable; alivia los sufrimientos del paciente, y generalmente previene de una afección más peligrosa .…

La ley de orden que hemos señalado más arriba explica las numerosas erupciones cutáneas que siguen a un tratamiento homeopático, incluso aunque no hayan sido vistas anteriormente; explica la persistencia en la piel de muchos tipos de herpes y úlceras, mientras otros se deshacen como la nieve. Las que quedan, lo hacen porque la enfermedad interna todavía existe.”

  • de arriba hacia abajo (en las afecciones dolorosas):

“Todo médico homeópata ha de haber observado que la mejoría en el dolor ocurre de arriba hacia abajo;” [texto en negrita nuestro]

 

Observaciones pronósticas de Kent

Desaparición de los síntomas en el orden inverso a su aparición (11ª observación)

 

Referencia directa de Kent a la ley de Hering:

Hering fue el primero en introducir la Ley de Dirección de los Síntomas: de adentro hacia afuera, de arriba hacia abajo, en el orden inverso a su aparición. Esto no aparece en los escritos de Hahnemann. Es la llamada ley de Hering. Poco hay de esta ley en la literatura homeopática, excepto la observación de que los síntomas van desde arriba hacia las extremidades, y que aparecen erupciones sobre la piel y descargas de las membranas mucosas o úlceras sobre las piernas cuando desaparecen los síntomas internos. No hay aseveraciones específicas en la literatura excepto las dadas en las clases de Filosofía de la Escuela de Post-Graduados.[iv]

 

Textos para la discusión de la ley de Hering:

 

Notas:

[i] Hahnemann S. Enfermedades crónicas.

[ii]  Introducción 2ª ed.alemana Enfermedades crónicas de Hahnemann, 1845.

Hering’s Preface to the 1845 American Edition of The Chronic Diseases, Translated by Dr. Hempel http://www.homeopathyhelpline.com/assets/downloads/GH_sample.pdf

[iii] Saine A. Hering’s Law: Law, Rule or Dogma? http://www.homeopathy.ca/articles_det12.shtml

[iv] Kent JT. Lesser Writings. “Correspondence of organs, and direction of cure”.

Revisión traducción Órganon del arte de curar de S. Hahnemann, §8.

Alemán original:

“…, nach Hebung aller Krankheitssymptome und des ganzen Inbegriffs der wahrnehmbaren Zufälle, …”

Wahrnehmbaren = perceptibles, visibles

Zufälle = casualidades, coincidencias, sucesos fortuitos

 

Traducciones inglesas:

“…, after removal of all the smptoms of the disease and of the entire collection of the perceptible phenomena, …” (Dudgeon/Boericke)

“After the elimination of all the symptoms and perceptible signs of disease, …” (Künzli)

“…, after the lifting of all the symptoms of the disease and of the entire complex of perceptible befallments, …” (Steven Decker)

befallments = sucesos fortuitos

 

Traducciones españolas:

“…, que una vez eliminados todos los síntomas de la enfermedad y la totalidad de sus fenómenos perceptibles, …” (Jorge C. Torrent)

“…, una vez eliminados todos los síntomas de la enfermedad y la totalidad de sus fenómenos perceptibles, …” (Emilio Morales)

En las traducciones españolas del s. XIX  este término se traduce como “síntomas (apreciables) ” de la enfermedad o más específicamente como “accidentes perceptibles”.

Propuesta de Gary Weaver:  “eventos casuales” (en lugar de “fenómenos perceptibles”).

Propuesta nuestra: “…, y el conjunto total de coincidencias perceptibles, …”

 

Traducción de nuestra propuesta:

“…una vez eliminados todos los síntomas de la enfermedad y el conjunto total de coincidencias perceptibles, …”

Rebuscando en las fuentes de los repertorios

Hahnemann, en el Órganon, hace referencia a los repertorios de Boenninghausen, en la nota al parágrafo 153, parágrafo donde trata específicamente de los síntomas característicos, los únicos síntomas que hay que tener en cuenta para la prescripción. En la 5ª edición del Órganon (1833), elogia el primer repertorio de Boenninghausen, el Repertorio de medicamentos antipsóricos (1832), y en la 6ª edición se refiere ya al Manual terapéutico para médicos homeópatas (1846) –el llamado Pocket Book en inglés, o Taschenbuch en alemán-, tercer repertorio que agrupa en un solo repertorio el primero sobre los medicamentos antipsóricos, y un segundo, el Repertorio de medicamentos no antipsóricos (1835).

En la nota al parágrafo 153 del Órganon, leemos:

El Dr. Von Boenninghausen ha prestado un gran servicio a la Homeopatía con la publicación de los síntomas característicos de los medicamentos homeopáticos y su Repertorio, lo mismo que el Dr. J.H.G. Jahr con su manual de síntomas principales.[i]

Queremos recalcar aquí algo que quizás ha pasado demasiado desapercibido: los repertorios de Boenninghausen recogen únicamente síntomas característicos de los medicamentos homeopáticos, no cualquier síntoma patogenético (de experimentación pura) o curado clínicamente. No es casualidad, pues, que Hahnemann comente sobre ellos en el parágrafo 153, parágrafo por excelencia donde describe el tipo de síntomas, que apoda característicos, que hay que tener “principal y casi exclusivamente” en cuenta para el diagnóstico homeopático.

Kent llamó a su repertorio Repertorio de la Materia Médica Homeopática. Se sabe que para su confección se basó en todos los repertorios anteriores, empezando por los de Boenninghausen[ii], Jahr[iii], principalmente el de Constantine Lippe, Repertory to the More Characteristic Symptoms of the Materia Medica (1880) y el de Edmund J. Lee, Repertory of the Characteristic Symptoms, Clinical and Pathogenetic, of the Homœopathic Materia Medica (1889)[iv]. Como vemos, todos ellos, desde sus títulos, se refieren a síntomas característicos de la materia médica homeopática, excepto precisamente el de Kent, que obvia ese calificativo –no sabemos si por obvio o por inexacto-.

Esto significa que los síntomas recogidos en los repertorios homeopáticos en general son sólo los síntomas característicos de los remedios homeopáticos, no todos los síntomas que aparecen en las experimentaciones. Pues, siguiendo el parágrafo 153 del Órganon, esos son los únicos síntomas útiles de cara a la prescripción.

¿Todos los síntomas que recoge Kent en su repertorio son característicos de los remedios relacionados? ¿Y todas las rúbricas y subrúbricas de los modernos repertorios informatizados, ampliaciones del Kent, son síntomas característicos de las patogenesias de los remedios referidos?

Veamos algunos ejemplos.

Boenninghausen, bajo la rúbrica Ansiedad (Miedo) coloca 69 remedios, con 4 grados diferentes. Kent separa 2 rúbricas diferentes: Ansiedad con 201 remedios y Miedo con 143 remedios, con 3 grados diferentes. En el repertorio Synthesis, la rúbrica Ansiedad agrupa 691 remedios, con 3 grados diferentes, y la de Miedo 684 remedios, con 4 grados diferentes. ¿Boenninghausen y Kent se refieren a lo mismo? ¿Por qué hay tanta divergencia de información? ¿Sólo es porque Kent añade más información a la que ya tenía Boenninghausen?

De los 69 remedios que aparecen en Boenninghausen, 58 aparecen en ambas rúbricas en el Kent. De los 11 restantes, 9 aparecen sólo en Ansiedad. Y, curiosamente, hay 2 remedios que no aparecen en ninguna de las dos rúbricas del Kent, que son M-arct. y M-aust., aunque sí en el Synthesis, procedentes de Boenninghausen, Jahr y Allen. Los grados coinciden en 43 remedios en algunas de las dos rúbricas, raramente en ambas.

La primera conclusión que se hace evidente es que ambos autores han seguido criterios diferentes para introducir los remedios en las rúbricas y para graduarlos, base de la disparidad de resultados, además de que no toda la información de los repertorios precedentes está incluida en los subsiguientes.

Empezaremos la búsqueda por los dos remedios que aparecen en la rúbrica de Boenninghausen y, en cambio, no aparecen en ningunas de las dos del Kent: Magnetis polus arcticus y Magnetis polus australis. Ambos remedios aparecen en la Materia Medica Pura de Hahnemann y en la Materia Médica de los Nosodes (1910) de Henry Allen.

En esta última obra, en el apartado de ‘Mente y carácter’ de Magnetis polus arcticus, aparecen 5 síntomas con referencias claras al estado de ansiedad generado tras su aplicación experimental:

1.- Ansioso, desalentado, inconsolable; se reprocha a sí mismo.

2.- Cesaba el sueño a las tres de la noche y él se ponía ansioso; volvíase cuidadoso acerca de su salud, como si se hallara enfermo de peligro; volvíase hipocondríaco y decía de mala gana toda palabra que se veía él obligado a proferir.

3.- Solicitud exagerada, excesivamente escrupulosa.

4.- Obra como si estuviera él asustado y tímido (inmediatamente).

5.- Escrupulosidad ansiosa (inmediatamente).

De Magnetis polus australis se recogen dos síntomas:

1.- Falta de alegría; está amilanado, como si se hallara solo, o como si le hubiese acontecido alguna cosa mala, por espacio de tres horas.

2.- Inconstancia de la mente; el enfermo es incapaz de fijar sus ideas; las cosas parecen revolotear de un lado a otro delante de sus sentidos; sus opiniones y resoluciones son inconstantes, lo cual ocasiona una especie de angustia y malestar mental.

Hay, al menos, 16 remedios que no están en Boenninghausen y aparecen en grado 3 al menos en una de las dos rúbricas consideradas del Kent. Veamos algunos de ellos: Arg-n., Ars-i., Cact., Calc-p., Camph. Cann-i., Carbn-s., Iod., Kali-ar., Kali-p., Kali-s., Mez., Nat-act., Psor., Sec. Sólo en pocos remedios de los que Hahnemann experimentó, el síntoma ansiedad está claramente presente en las patogenesias (Arg-n., Camph., Cann-i.). Puede derivarse de ello que el síntoma no aparece en el repertorio de Boenninghausen porque hasta la fecha de su confección ese síntoma del remedio en cuestión no era conocido todavía. Pero, ¿por qué esos tres remedios en los que sí aparece el síntoma en la patogenesia, no viene registrado en el repertorio de Boenninghausen?

La Materia Medica Pura de Hahnemann dice respecto a Argentum nitricum un solo síntoma que remite a ansiedad: “Anxiety that compels him to walk quickly.”, al igual que para Cannabis indica: “Mind anxious.” En Camphora, en cambio, (siendo la excepción) encontramos alguno más: “Anxiety”, “Very great anxiety”, “She tosses about anxiously in bed, with constant weeping”.

Es muy probable, y humanamente comprensible, que Boenninghausen no tuviera tiempo de registrar todos los síntomas característicos de los remedios que incluye en su repertorio. Ya con lo que hizo en su época fue una labor titánica. Es razonable, pues, que se olvidara alguno, aunque lo más probable es que no fuera simplemente un olvido sino el no darle la categoría suficiente de característico al síntoma en ese remedio.

Otra cosa curiosa. Algunos remedios que aparecen en la rúbrica general Ansiedad (Miedo) del Boenninghausen, luego en el Kent sólo aparecen en una de las dos. No sé da en muchos casos. En especial, en Arn., Cycl., Ambr. y Canth. En todos ellos, Kent los reseña en su rúbrica Ansiedad, pero no en la de Miedo. En la Materia Medica Pura de Hahnemann podemos leer de Arnica, aparte de síntomas claramente de ansiedad, otros que hacen pensar más bien en miedo: – “Fright and starting at unexpected trifles.”, – “Fears; anxious dread of coming evil”.

Seguramente estas discrepancias, algunas más importantes que otras, las podríamos observar en todas las secciones del repertorio.

Vamos a analizar otro síntoma: otorrea.

En Boenninghausen: “Parts of the body and organs – Ears – discharge from the ears”, 40 remedios.

En Kent: “EAR – DISCHARGES”, 92 remedios.

De los 40 remedios de Boenninghausen, 3 no aparecen en el Kent: Croc., M-ambo., Mosch. En la Materia Medica Pura de Hahnemann, en Magnetis poli ambo, encontramos un solo síntoma relacionado: “A quantity of mucus escapes from the eyes, nose, and ears.” En Moschus no encontramos ninguno. Crocus, que no fue experimentado por Hahnemann, tampoco presenta dicho síntoma en la Enciclopedia de Allen ni en el Diccionario de Clarke. ¿De dónde los sacó Kent? Vienen muchas dudas de cierta información incorporada en el repertorio de Kent, de la que no es posible encontrar las fuentes.

Analicemos ahora un síntoma que, en principio, según Hahnemann en el parágrafo 153, es un síntoma “más genérico e indefinido”: pérdida de apetito.

En Boenninghausen: “Parts of the body and organs – Hunger and thirst – appetite; loss of”, con 115 remedios (de los 127 que incluye todo el repertorio).

En Kent: “STOMACH – APPETITE, – wanting”, con 203 remedios.

Es de esas rúbricas, como muchas que existen en el Kent, que se consideran inservibles por el exceso de remedios en ellas, siguiendo el método de Kent.

Con el método de Boenninghausen, se introduce otra variable, que puede hacer que un síntoma común como éste se convierta en característico por la combinación característica con otros, por lo tanto sí que puede ser útil en algunos casos.

De los 115 remedios que aparecen en Boenninghausen, llama la atención que algunos no aparecen en Kent: Ruta (con grado 3), Clem., Hell., M-ambo., M-aust., Rheum, Rhod., Sars., Sel. (con grado 2), y 16 más con grado 1.

Ruta, en la Enciclopedia de Allen, presenta 2 síntomas: “Little appetite for dinner” y “Little appetite (second day)”. En la Materia Medica Pura de Hahnemann no hemos encontrado ningún síntoma relacionado.

¿Por qué Kent descartó esos 25 remedios que figuraban en el Boenninghausen?¿Quizás porque a ese síntoma no le daba un valor especial, y, por lo tanto, no se entretuvo demasiado en comprobaciones? ¿Por qué no aparecían en Hahnemann? ¿Por errores en la transcripción de la información? La cuestión es que un síntoma aparentemente tan común, en un caso dado, puede ser clave en combinación con otros síntomas, conformando una agrupación característica del remedio.

Con esta pequeña muestra hemos querido señalar la importancia de revisar y cotejar la información semiológica de la que disponemos y que utilizamos en la práctica diaria, y animar a que, frente al incremento de la cantidad de síntomas que se incorporan a los modernos repertorios, se evalúe con rigurosidad la calidad de dichos síntomas, aspecto que pasa ineludiblemente por recuperar sus fuentes originales, haciendo una selección de la semiología repertorial en base a criterios homeopáticos estrictos.

Notas:

[i] Hahnemann, Samuel.- Organon de la Medicina (6ª ed.), §153, nota. Ed. Albatros. Buenos Aires, 1978.
En la 5ª edición del Órganon (1833) sólo se refiere a Boenninghausen: “M. De Boenninghausen ha hecho un gran servicio a la homeopatía, en su Exposición de los síntomas que caracterizan los medicamentos antipsóricos.” Hahnemann, Samuel.- Organon del Arte de Curar. Miraguano Eds. Madrid, 1987.
[ii] Según el propio Kent (Repertory of Homœopathic Materia Medica, 1897, Foreword) su repertorio incluye información tomada, indirectamente, del Bönninghausen’s Therapeutisches Taschenbuch. Indirectamente, porque hay que recordar que Kent no hablaba ni leía alemán, por lo que, para su compilación repertorial, tuvo que basarse sólo en las obras inglesas: Stapf (1846), Okie (1847), Hempel (1847), Laurie (1847) [a partir de la francesa de 1847 de Roth], T.F.Allen (1891).
[iii] A.G.Hull tradujo la 3ª edición del Handbuch de Jahr (publicado en francés solamente, como Nouveau Manuelle…, en 1840) al inglés en 1841, que pasó a conocerse como el Jahr de Hull, viendo numerosas ediciones. Probablemente este trabajo fue el que usó también Kent para compilar su repertorio.
[iv] Parece ser que el mismo Lee declaró que su repertorio debía ser considerado como la segunda edición del repertorio de C. Lippe.

La importancia de la Mente en la patología, según Hahnemann

De todas las teorías médicas que surgieron en la Edad Barroca (iatroquímica, iatromecánica, solidismo, brownismo, mesmerismo, etc.), pretendiendo sustituir a la teoría humoral de Galeno que llevaba casi 1500 años en boga, Hahnemann se alineó filosóficamente al vitalismo para crear su propia teoría.

Los iatromecánicos intentaron explicar las funciones orgánicas recurriendo a modelos físicomatemáticos como el de Galileo, o con los supuestos mecanicistas expuestos por Descartes. Los iatroquímicos, sin embargo, concibieron las funciones orgánicas como transformaciones de tipo químico en la línea de los paracelsistas. Estas mismas posturas se trasladaron a la explicación de la enfermedad. El vitalismo trató de dar respuesta a la peculiaridad de la vida en estado de salud y de enfermedad por medio de una “fuerza” o cualidad intrínseca de la materia orgánica. Pero ninguna de esas explicaciones, excepto la homeopática, dieron pie para fundar una nueva terapéutica, los tratamientos seguían siendo a base de sangrías, purgantes, eméticos, diaforéticos, polvos gástricos, etc.

Más de un siglo antes de que Sigmund Freud elaborara su teoría psicoanalítica, otorgando en ella un lugar preeminente a las relaciones entre la mente y las enfermedades aparentemente físicas, en el contexto de la medicina occidental Samuel Hahnemann ya sostenía su valor en la capacidad de desencadenar y mantener enfermedades de todo tipo, y su importancia tanto en la prevención como en el tratamiento.

Revisando la obra cumbre de Hahnemann, el Órganon del arte de curar, hemos encontrado varias consideraciones diferentes respecto a la importancia de la mente en la enfermedad.

  1. La toma en consideración y valoración del carácter mental y emocional en la investigación sobre la causa fundamental de la enfermedad, junto a la constitución física, ocupación, hábitos, etc. (§ 5), para descubrir, entre otras cosas, si subsiste alguna causa (física o mental) en la higiene de vida que esté manteniendo la enfermedad, haciendo las veces de obstáculo a la curación (§ 94, 260-nota).
  2. Y que habrá que eliminar para conseguir la curación (§ 252).
  3. Esto último implica también una labor preventiva para conservar la salud (§ 4).
  4. Y una labor terapéutica, de higiene física y mental, junto al tratamiento medicamentoso apropiado de cualquier enfermedad (§ 261).
  5. Factores mentales, además de los propiamente físicos, pueden influir en la transformación de la psora en enfermedad crónica (§ 81, nota).
  6. Enfermedades emocionales (psicológicas) de etiología, casi exclusivamente, emocional (§ 224, 225), que requerirán de tratamiento psicoterapéutico (§ 226).
  7. Enfermedades mentales (psiquiátricas), un tipo de enfermedades unilaterales, cuyo síntoma predominante pertenece a la esfera psíquica (§ 210).
  8. En todas las enfermedades físicas la mente siempre está alterada, en mayor o menor grado (§ 210), siendo uno de los síntomas más importantes a tener en cuenta (§ 211), conformando los síntomas mentales homeopáticos propiamente dichos.
  9. Esos síntomas mentales homeopáticos son los que se valoran (y se repertorizan) para encontrar el remedio más similar, siendo siempre síntomas característicos (§ 153) del enfermo, por sus modalidades o por su combinación con el resto de síntomas.
  10. Los síntomas (mentales) homeopáticos son siempre cambios perceptibles en la salud del cuerpo y de la mente (§ 6), y la única guía en el diagnóstico y el tratamiento (§ 7).
  11. Algunas personas, por su carácter, expresan los síntomas de forma especialmente exagerada; entre ellos, los hipocondriacos, los hipersensibles, los impacientes, etc. (§ 96); y también los hay, de forma contraria, que se abstienen de expresarlos (§ 97). Esa forma de expresión, si difiere de la habitual en el enfermo, puede ser en sí misma un síntoma de la totalidad característica (§ 96-nota).
  12. Por último, Hahnemann nos indica que el signo más seguro para valorar la evolución de la enfermedad, sobre todo al principio, ya sea en el sentido de mejoría o de agravación, es el estado mental y el comportamiento, que si mejora se percibe como un retorno al estado natural (§ 253).

La Importancia del Órganon de Hahnemann

Por desgracia, es un hecho triste, que la mayoría de los homeópatas no están familiarizados con el Órganon (1) de Hahnemann. Sin embargo, no hay duda de que esta es la obra más importante sobre el tema, proporcionando la misma, la base sobre la cual un verdadero estudio en profundidad de su único principio de base (Similia) y su aplicación, deberían comenzar. Este Órganon que continua en gran parte sin estudiar y aún ignorado, revela la real agnosia de las instituciones y profesores encargados de la formación de las futuras generaciones de homeópatas.

Este corto artículo trata de alentar a aquellos que todavía sienten la llama de la convicción de la homeopatía ortodoxa(2), a volver a la más básica fuente, a hacerlo de manera seria y continuada y darse cuenta de su incomparable genialidad.

El mismo Hahnemann estaba muy irritado con aquellos que eran muy perezosos para seguir cuidadosamente sus indicaciones en el Órganon. El escribe (4):

Muchas personas de mi entorno, medio convertidas a la homeopatía, me pidieron que publicara todavía más exactas indicaciones sobre cómo esta doctrina debería ser aplicada actualmente en la práctica y como deberíamos proceder. Estoy atónito que luego de las indicaciones particulares contenidas en el Órganon de la Medicina, mas instrucciones puedan ser necesitadas.

También preguntan: “ ¿cómo debemos examinar la enfermedad en cada caso particular? Como si estas indicaciones no hubiesen sido halladas en el mencionado libro.

CMF von Bönninghausen, el más respetado,  confiable estudiante y colega de Hahnemann, declaro lo siguiente respecto a la desatención general del Órganon: (5)

Actualmente parece ser una rareza y una excepción cuando cualquier homeópata todavía consulta el Órganon del arte de curar. Y conozco muchos que no lo tienen o que no lo han leído. Y es indiscutible que es la base del arte de curar homeopático, además de los valiosos granos oro que encierran en su interior con cada lectura de este extraordinario libro, sobre todo cuando se lee por los médicos homeópatas de mayor práctica o experiencia, siempre una nueva inteligente e importante indicación es adquirida, por lo que esta desatención no puede ser fuertemente reprobada.

J.T. Kent nos da los siguientes comentarios sobre este tópico: (6)

Para aprender materia medica, uno debería dominar el órganon de Hahnemann, después de la sintomatología y un completo repertorio, debería ser el libro de constante referencia, si se quiere mantener y lograr una cuidadosa prescripción homeopática.

A.Mc.Neil de San Francisco, en su artículo, La librería Homeopática, correctamente nos da el siguiente consejo: (7):

Me referiré a las obras relacionadas con el tratamiento de los pacientes. Los fundamentos sobre los cual descansa la terapéutica homeopática es el Órganon. Estudiarlo frecuentemente y a fondo. El gran Adolph Lippe hizo la regla de leerlo una vez al año y cada vez que lo hizo descubrió algo que no había observado antes. Aquella sección que describe el examen de los  pacientes, debería ser especialmente mas estudiada, ya que de sus repertorios y materias médicas podrán aprovechar poco si no examinan sus  pacientes como el enseña.

Un conocimiento exhaustivo de los principios fundamentales de la homeopatía es en realidad esencial para la eficiente aplicación en cada uno y cualquier caso de enfermedad. Después de todo el único punto  de distinción entre la medicina Homeopática y las otras terapias, es su base filosófica y práctica sobre los similares. Pero, cómo estudiamos el órganon?. Es interesante leer sobre personas que fueron autodidactas en este aspecto.

Demos un vistazo, respecto del Dr.JN Kanjilal, que aprendió el mismo homeopatía (después de su formación alopática), ya que proporciona pautas interesantes para aquellos de nosotros en una situación similar, donde (al menos en la actualidad) un capacitación completa, apropiada  y de alto nivel institucional no está disponible. El Dr Kanjilal tiene muy bien establecido el método que el mismo utilizó para auto enseñarse homeopatía y ofrece los siguientes consejos relacionados con el estudio del Órganon: (8)

“En la primera lectura, cada palabra de cada parágrafo con sus pies de notas deben ser leídas cuidadosamente, con meticulosa atención de las comas, punto y comas, etc., como también los paréntesis.  Nunca quedar satisfechos hasta que el total significado del parágrafo, con su lógica y connotación quede totalmente claro. En esta lectura, por supuesto, todo el libro, desde el título, hasta la última línea del apéndice debe ser leído.”

“En la segunda leída, cada parágrafo, debería ser leído en el contexto de todo el Órganon, incluyendo el apéndice como el de la 5ta edición, traducido por Dudgeon. Antes de empezar la segunda lectura una exhaustiva lectura de los contenidos del mismo libro, como la que esta después del prefacio de la 5ta edición, debería ser hecha. Esto nos será de gran ayuda en la formación de una idea de los arreglos de los diferentes temas impartidos en el libro. Después de esto, mientras leemos cualquier parágrafo, todos los parágrafos relacionados con cualquiera de los puntos del parágrafo deberían ser relacionados. Por ejemplo: *“la frase circunstancias accesorias en los parágrafos 5, 7 y 9; síntomas accesorios del remedio en el parágrafo 163, 167,180 y 181; síntomas accesorios de la enfermedad en los parágrafos, 5, 7 y 95; y así sucesivamente. Todos estos grupos de parágrafos deben ser leídos juntos, de ese modo el total sentido del tema es comprendido con claridad.”

“Después de esas dos lecturas personales, el libro debería ser leído en un círculo de amigos y colegas que hayan leído mínimamente dos veces el libro. Cada miembro del círculo de estudio debería tratar de explicar que capto de cada parágrafo según su lógica y entendimiento. De esta manera, del debate mutuo, todos los puntos se volverán más y más claros y más profundamente comprendidos.”

*Estas referencias no son del todo literal, más bien, son más contextuales, la mayoría de las referencias sólo se ocupan de los temas básicos en lugar de utilizar la frase exacta como lo sugiere Kanjilal. Por lo tanto, § § 5, 7, 94 sólo se refieren a circunstancias accesorias, § § 163, 167, 180, 181 sólo se refieren a síntomas accesorios del recurso, § § 5, 7, 95, sólo se refieren a los síntomas de la enfermedad de accesorios [G.D.]

Déjenme aclarar el punto de que el Órganon de Hahnemann no es solo un pequeño libro de filosofía sino un tratado en la aplicación del razonamiento científico a la práctica de la medicina, como podemos leer en el siguiente sumario de B.K. Sarkar (9)

“El Órganon de Hahnemann, es una crítica a la  filosofía médica subyacente del arte de la medicina. Un estudio analítico de Órganon, así como el de la historia de la Homeopatía y la historia de vida de su fundador, muestran claramente que la Homeopatía es un producto de la lógica inductiva aplicada a la asignatura de la Medicina. De hecho, es el primero, así como uno de los más brillantes ejemplos de la aplicación del método inductivo de razonamiento para la solución de uno de los grandes problemas de la humanidad, a saber., el tratamiento y cura de la enfermedad. ”

Desde los comienzos de mi conocimientos con la homeopatía (1977), hice el tema del órganon mi objetivo, ya que, como yo lo entendía, los puntos de vista de Hahnemann, pudieron determinarse con mayor precisión a partir de Hahnemann mismo, incluso teniendo en cuenta las dificultades de la traducción. A través de mi estudio del órganon, he escuchado  muchos de mis estudiantes lamentarse de las dificultades del lenguaje, y yo, por supuesto, les asegure que el estudio se vuelve más y más fácil a medida que lo consultamos y lo leemos atentamente. También debo señalar que cuando mis estudiantes comenzaron a profundizar el estudio de MMP de Hahnemann y las Enfermedades Crónicas (EC), rápidamente se dieron cuenta y lo remarcaron, que el Órganon es fácil de leer en comparación con MMP y EC”

Más adelante en mi propia experiencia, diría que no es posible apreciar la profundidad e implicancia del Órganon de Hahnemann sin estudiar los otros escritos disponibles, desde donde el Órganon se desarrollo (especialmente: Ensayo de un nuevo principio, Esculapio en la balanza, Medicina de la experiencia, El observador médico) y que fueran traducidos al ingles y compilados bajo el inadecuado volumen llamado “Escritos menores de Sammuel Hahnemann”(EMH)

No debe asumirse que el Órganon es simplemente un tratado teórico, en realidad es la destilación de los constantes pensamientos y significantes experiencias en la práctica de la medicina, e una expresión muy condensada de una aplicación metódica y práctica del descubrimiento de un principio terapéutico individual y general (similares) a la situación clínica con el propósito específico de curar a los enfermos, en la manera más simple, más suave y fiable.(11). Bönninghausen claramente entendió esto, y a través del estudio constante, logró tal maestría del arte y tal grado de confianza de Hahnemann, que Hahnemann hizo la siguiente declaración: (12)

“….Baron von Bönninghausen of Münster ha estudiado y captado mi sistema homeopático de tratamiento tan completamente que como homeópata  merece que se le dé plena confianza, y si yo cayera enfermo y no pudiera ayudarme a mí mismo, no me encomendaría a ningún otro médico.”

Por último,  recomiendo esta obra al estudio de todos los homeópatas, tanto estudiantes como maestros, y también sugerir que nunca es tarde para volver a sus páginas, para estudiar y examinar cada parágrafo con cuidado,  en el contexto de lo que Hahnemann había escrito tempranamente (13) (EMH), y recuerden que Bönninghausen tenía 43 años de edad cuando  llevo a cabo su  estudio, y vean lo mucho que ha realizado!

 

Notas y referencias

  1. Hahnemann, S.: Organon der Heilkunst, 6. Auflage (1842), edited by J.M.Schmidt, Haug, Heidelberg, 1996. English title: Organon of Medicine, sixth edition (1842) annotations translated W.Boericke (1921); fifth edition text translated by R.E.Dudgeon (1893).
  1. By ‘agnosy’ (Gr. α [lack of]; γνώση [gnosis = knowledge]) I refer to a lack of knowledge or familiarity.
  2. I use the term orthodox, from the Greek, ορθόδοξος (orthodoxos) in its strict sense, to mean upright or correct, and in reference to Homoeopathy proper, i.e., practiced in strict accord with the observation of Similia Similibus Curantur as the immutable therapeutic law of nature.
  1. Hahnemann, S.: Materia Medica Pura, B.Jain, New Delhi, vol.1, Preamble (1833).
  2. Bönninghausen,CMF.: Typhoid Fever and High Potencies (1853), in The Lesser Writings of C.M.F. von Bönninghausen, compiled by T.L.Bradford (1908) from the German translations by L.H.Tafel; First Indian edition, 1979, B.Jain, p.23 footnote.
  1. Kent, J.T.: Lectures on Homoeopathic Materia Medica, 2nd edition (1911), 1989 Reprint edition, Jain, New Delhi, p.12, Preface.
  2. McNeil, A.: The Homoeopathic Library, talk presented at the seventeenth annual session the International Hahnemannian Association (IHA), Glenn Summit, Philadelphia, June 24-25, 1896, in Transactions of the IHA.
  1. Kanjilal, J.N.: Writings on Homoeopathy, 2 vols., Das, Calcutta, 1977, vol.1, pp.255 – 256.
  2. Sarkar, B.K.: Essays on Homoeopathy, Hahnemann Publishing Company, Calcutta, 1968, p.459
  3. MMP and CD also become much easier with familiarity and study.
  4. Refer Hahnemann’s Organon of Medicine, 6th edition, §§1,2.
  5. Haehl, R.: Samuel Hahnemann, His Life and Work, 1922, 2 volumes, Indian edition, BJain, New Delhi, 1985, vol.2, p.483.
  6. Sarkar, B.K.: op. cit., p.461: “The longer one can look back, the further one can look forward. The past supplies the key to the present and the future…In order to grasp fully the significance of the principles of Homoeopathy a student should possess the knowledge of the state of affairs in the medical world when Hahnemann appeared on the scene. In order to enter the mind of Hahnemann when he was a homoeopath in the making, a student should be acquainted with the original writings of Hahnemann which may be taken as precursors to his immortal work Organon…These writings should serve as a good introduction to the study of Organon and should go a great way to rouse the critical faculty of a homoeopathic medical student.”

 

Autor: George Dimitriadis
Traductor: Dr. Martin Ahumada
Fuente: Homeopatía Tucumán

Historia del Repertorio de Boenninghausen

Boenninghausen fue el 3er. autor relevante que preparó un Repertorio.

Anteriormente, el propio Hahnemann realizó a mano dos “diccionarios de síntomas” en latín, en 1805; también utilizó la copia a mano del repertorio de Jahr, y después el de Boenninghausen. Posteriormente, Ruckark (1822-1830) realizó otro repertorio manuscrito, encargado por Hahnemann. Hahnemann parece ser que no quedó satisfecho con el repertorio que encargó a su jóvenes alumnos Ruckark y Jahr.

Weber, en 1830,  compiló un repertorio en alemán.

Boenninghausen redactó tres repertorios sucesivos:

– el primero, Repertorio de Medicamentos Antipsóricos (1832), fue el primer repertorio homeopático publicado (en alemán), con prefacio de Hahnemann (la referencia en la nota al pie del parágrafo §153 de la 5ª edición del Órganon se refiere a éste);

-luego realizó el Repertorio de Medicamentos no antipsóricos (1835);

-y, por último, por consejo del propio Hahnemann, agrupó los dos repertorios anteriores en uno, el Manual terapéutico para médicos homeópatas [Boenninghausen Theurapeutische Taschenbook] (1846), que incluía también La Relación relativa de los medicamentos homeopáticos (1836), conocido posteriormente en su versión inglesa como el Therapeutic Pocket Book. Contiene 125 remedios.

La primera traducción inglesa fidedigna la realizó Johann Ernst Staff en el mismo año 1846 en que se editó la obra original alemana, aunque se publicó algo más tarde en los Archiv für die homöopathische Heilkunst.

El repertorio de Boenninghausen tuvo una sola edición en francés (1846), traducido por el Dr. D. Roth.; una nueva reedición de esta misma traducción no se realizó hasta 1976. Esta nueva edición francesa es la única traducida al español, publicada en México (1993).

En los Estados Unidos, el repertorio de Boenninghausen, el Boenninghausen’s Therapeutic Pocket Book (llamado abreviadamente “Pocket book”) fue objeto de cinco ediciones, pero ya en el siglo XX, en traducciones de H. Okie, J. Hempel y Timothy F. Allen (1935), el célebre autor de la Enciclopedia de la Materia Médica Homeopática en diez volúmenes. Allen reorganizó el repertorio de Boenninghausen, añadió muchos medicamentos [el ‘Libro de bolsillo ó Manual Terapéutico de Boenninghausen’ de Allen incluía 342 remedios. Allen añadió 220 remedios, pero eliminó 4, Angustura y los tres remedios magnéticos –Magnetis poli ambo, Magnetos polus arcticus y Magnetos polus australis-), de manera que prácticamente creó un libro distinto al original. Las rúbricas de este repertorio de referencia fueron incorporadas en las posteriores ediciones del repertorio de Kent.

También aparecieron dos ediciones inglesas. La 5ª edición americana y última de la traducción de T. Allen (1935), cuyo título traducido al castellano sería: “Los Principios y la Practicabilidad del Manual terapéutico de bolsillo de Boenninghausen para médicos homeópatas para su uso en la cabecera del enfermo y en el estudio de la Materia Médica”, fue prologada y corregida por H. A. Roberts y Annie C. Wilson, ya que la original de Allen tenía muchos errores de traducción; leyendo el prólogo nos podemos hacer una pequeña idea de la filosofía que existe detrás del repertorio de Boenninghausen, aunque dichos autores no la acabaron de entender, habiendo confesado ellos mismos no haber podido contrastar la obra de Allen con el original alemán.

Este repertorio ha sido traducido de nuevo en tiempos más recientes (al inglés y al español) del alemán original, revisado y rehabilitado por varios autores contemporáneos, en versiones digitales y también papel.

Hahnemann aprobó totalmente el repertorio de Boenninghausen, que además parece ser que utilizó en su práctica profesional, tal como queda reflejado en el elogio explícito que hizo de él (en la nota al pie del §153 de su magna obra el Órganon del Arte de Curar).

El Manual terapéutico para médicos homeópatas de Boenninghausen era el repertorio más usado a finales del siglo XIX, pero fue cayendo en desuso a raíz de la popularidad del repertorio de Kent, aunque el mismo Kent reconoció haberlo usado.

Jahr, tras Hahnemann, fue el 2º autor relevante en preparar un repertorio, aunque se editó posteriormente al de Boenninghausen. Le llamó Repertorio alfabético-sistemático de la Materia Médica Homeopática (1835), siendo supervisado por Hahnemann, y realizado a partir de los dos repertorios de Boenninghausen, pero introduciendo 8000 errores, que fue publicado por Hering, con una revisión posterior que introdujo todavía más errores.

Hering realizó el 1er. repertorio publicado en inglés: Repertorio analítico de los síntomas de la Mente (1838), basado en el repertorio de Boenninghausen, revisado, corregido y evitando el exceso de generalización.

Más tarde, Constantine Lippe hizo el Repertorio de los síntomas más característicos de la Materia Médica (1880), basado en los Síntomas Guía de Hering, en el repertorio de Boenninghausen y otros; y fue muy usado por Kent para elaborar el suyo.

Hay otro repertorio de Boenninghausen, que muchas veces se confunde con el original por el nombre que le puso su autor, Boger, que lo llamó Boenninghausen’s Characteristics and Repertory (Los característicos y el repertorio de Boenninghausen) (1905), incluyendo en un volumen todas las obras maestras de Boenninghausen, en especial todas las referencias relativas al repertorio. Boger previamente había traducido el primer repertorio de Boenninghausen sobre los medicamentos anti-psóricos en 1900.

Del repertorio de Kent, el Repertorio de la Materia Médica Homeopática, se sucedieron 6 ediciones: 1ªed. (1897), 2ªed. (1908), 3ªed. (1924), 4ªed. (1935), 5ªed. (1945), 6ªed. (1957); la 3ª edición fue la última manuscrita por Kent mismo y la de mejor calidad; las tres siguientes, editadas por sus seguidores y su mujer incorporan pocas variaciones. Después de estas ediciones americanas, se editaron varias ediciones en la India (1961), que contienen muchos errores. Kent siguió el esquema del repertorio de Lippe. Agrupó todos los repertorios anteriores, sin revisarlos, incluyendo el Therapeutic Book de Boenninghausen y el de Boger. Las rúbricas generales de Kent son las de los dos tomos de Boenninghausen, añadiendo después el resto de información para crear las subrúbricas. Contiene 591 medicamentos.

Las tres obras que hemos comentado sobre el repertorio de Boenninghausen (la original de Boenninghausen –Theurapeutische Taschenbook-, la traducción inglesa de Allen –Pocket Book- y la compilación en inglés de Boger –Boenninghausen’s Characteristics and Repertory-), que aparentemente pueden confundirse como la misma obra, incluso con añadidos a la obra original en las versiones inglesas para enriquecerla, son en realidad tres obras radicalmente distintas.

El tipo de información y la forma en que está estructurada en cada uno de esos tres repertorios hace que su uso no conduzca necesariamente al mismo resultado. Para el uso de cada repertorio se precisa seguir una determinada metodología, no siendo la misma para todos ellos, aunque aparentemente tengan información similar.

Por un lado, en revisiones minuciosas se han podido constatar los errores y las variaciones de las rúbricas del repertorio de Boenninghausen a los posteriores (Boger, Kent y Allen).

Por otro lado, hay autores, entre ellos Gary Weaver y George Dimitriadis, que mantienen que sólo la obra original de Boenninghausen representa en su conjunto su manera especial de tomar el caso y analizarlo, habiendo perdido las otras dos el referente filosófico con que Boenninghausen elaboró su repertorio, siendo la única de utilidad práctica para encontrar con mayor facilidad el remedio más similar a cada caso.

Lista de substancias experimentadas por Hahnemann (87) clasificadas por reinos

                R. mineral                                       R. vegetal                                 R. animal

                Alumina           Aconitum napellus
           Sepia officinalis
 Ammonium carbonicum          Agaricus muscarius              Spongia tosta
 Ammonium muriaticum       Anacardium orientale  
   Antimonium crudum           Arnica montana
     Argentum metallicum              Belladonna
       Arsenicum album              Bryonia alba
        Aurum metallicum           Cannabis sativa
        Baryta carbonica         Capsicum annuum  
          Bismuthum-sn.             Chamomilla
     (Calcarea carbonica)
          Calcarea carbonica
      Camphora officinalis
       (Carbo animalis)
              Carbo animalis
      (Carbo vegetabilis)
        Carbo vegetabilis
            Causticum           China officinalis
     Cuprum metallicum            Cicuta virosa
       Ferrum metallicum           Cina maritima
              Graphites          Clematis erecta
         Hepar sulphur          Cocculus indicus
               Iodium            Coffea cruda
       Kalium carbonicum             Colocynthis
      Magnetis poli ambo         Conium maculatum
 Magnesium carbonicum      Cyclamen europaeum
  Magnesium muriaticum         Digitalis purpurea
           Manganum-act.         Drosera rotundifolia
        Mercurius solubilis                Dulcamara
         Muriaticum acidum        Euphrasia officinalis
       Natrium carbonicum          Guajacum officinale
       Natrium muriaticum          Helleborus niger
           Nitricum acidum           Hyoscyamus niger
         Kalium nitricum             Ignatia amara
             Petroleum              Ipecacuanha
             Phosphorus            Ledum palustre
    Phosphoricum acidum      Lycopodium clavatum
     Platinum metallicum              Mezereum
             Silicea terra               Moschus
       Stannum metallicum            Nux vomica
               Sulphur               Oleander
       Sulphuricum acidum                Opium
         Zincum metallicum          Pulsatilla pratensis
           Rheum palmatum
        Rhus toxicodendron
           Ruta graveolens
             Sambucus nigra
     Sarsaparilla officinalis
           Squilla maritima
          Spigelia anthelmia
           Staphysagria
             Stramonium
      Taraxacum officinale
         Thuja occidentalis
            Veratrum album
36 ó 39 remedios minerales 46 ó 47 remedios vegetales 2 ó 4 remedios animales

Reflexiones a propósito de los seminarios del Dr. Gary Weaver en Sevilla sobre la metodología de Hahnemann y Boenninghausen

A primeros de diciembre del año pasado hemos tenido la oportunidad aquí en Sevilla de recibir un curso de clínica con el Dr. Gary Weaver, al cual ya conocíamos por haber impartido meses antes un curso en Sevilla sobre la metodología de trabajo de Boenninghausen basada en la obra de Hahnemann.

Si ya el primer curso me resultó muy interesante, este último ha sido para mi clarificador de cómo aplicar el método en la práctica con casos reales tomados de la propia clínica diaria.

Yo, como casi todos mis compañeros homeópatas de por aquí, hemos sido formados en la homeopatía kentiana, con todo lo que ello supone en cuanto a la toma de historia clínica, valoración de síntomas, jerarquización de los mismos, y repertorización del caso, y en último extremo aplicación de “aquello que debe ser curado” en cada paciente en particular.

El motivo de acercarme al método de Boenninghausen ha sido debido a un par de motivaciones, la primera de ellas, la insatisfacción en el resultado clínico de la aplicación de la visión kentiana, sin lugar a dudas que personalmente creo haber ayudado a muchos pacientes a lo largo de mi historial médico durante todos estos años, no obstante, no estaba en el fondo totalmente satisfecho con los resultados que iba obteniendo y no creo que fuera por falta de estudio y dedicación, sentía que había algo que no encajaba del todo con lo que hasta ahora venía practicando; la segunda motivación, y no menos importante, es la complicación que suponía el método kentiano de trabajar a la hora del abordaje clínico de los paciente y el terreno tan inseguro en el que nos vemos cuando le damos el mayor valor jerárquico a los síntomas mentales, consecuencia de ello era la “psicologización” desmesurada en la que convertíamos nuestras historias clínicas.

El método de Boenninghausen, tal y como nos lo ha explicado el Dr. Gary, para mí ha representado una vuelta a la “cordura” dentro de la homeopatía clásica, un retorno a las fuentes hahnemanianas más puras, sobre todo hoy en día donde las nuevas corrientes llamadas homeopáticas están alejándose del verdadero espíritu de la homeopatía clásica incursionándose en terrenos más propios de la metafísica y la elucubración que de la propia medicina racional que nos trajo Hahnemann.

El método de Boenninghausen me llama la atención por su simplicidad, su eficacia y su coherencia con la homeopatía hahnemanniana, y los dos seminarios, uno práctico y otro teórico del Dr. Gary, me han servido para aprender el “a,b,c” de esta nueva, pero vieja forma de hacer homeopatía, reconozco que nos queda un largo y arduo camino por delante para familiarizarnos con el mismo, con su forma de tomar la historia clínica, su jerarquización sintomatológica, su repertorio, etc, pero lo importante, y creo que es un sentir, que compartimos varios médicos de aquí, es que nos encontramos en el camino correcto, en el camino que Hahnemann y su mejor discípulo Boenninghausen desarrollaron.

Si estas reflexiones personales sirven para que otros médicos homeópatas se adentren en este método, me daría por ello satisfecho y animo desde ya a que otros colegas “recuperen” el verdadero rigor en la aplicación de la homeopatía siguiendo la metodología de trabajo propuesta por Boenninghausen. Y ceo también que es justo de reconocer la labor del Dr. Gary de recuperar esta homeopatía hahnemanniana en un mundo homeopático que va en un sentido diametralmente opuesto, su labor espero tenga sus frutos en el futuro de nuestra homeopatía.

Autor: Dr. Manuel Gutiérrez Ontiveros. Médico Homeópata.

Fuente: The Institute for Homoeopathic Medicine